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La directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, Kimberly Cheatle, renunció al cargo debido al intento de asesinato del candidato republicano a la presidencia de Donald Trump. La decisión fue tomada después de que fuera interrogada por legisladores de la Cámara de Representantes sobre el fracaso de la agencia en proteger al exmandatario Trump, este lunes 22 de julio. Cheatle divulgará un comunicado oficial sobre su renuncia, según un reporte de la cadena NBC News, que cita a dos fuentes de las fuerzas del orden.

El expresidente Trump (2017-2021) sufrió una herida leve en la oreja derecha durante el atentado, en la localidad de Butler, Pensilvania, dos días antes de la convención republicana que le nominó como candidato oficial para las presidenciales de noviembre próximo. Los disparos acabaron con la vida de un asistente al mitin y dejaron gravemente heridos a otros dos, el 13 de julio.

El autor del ataque, que disparó desde el tejado de un edificio situado a una distancia de más de cien metros, fue abatido por agentes del Servicio Secreto, la misma organización que hoy tambalea tras el fracaso de su misión para proteger la seguridad del exmandatario. La azotea donde se colocó el hombre armado habría sido dejada al descubierto por las fuerzas del orden “porque hacía demasiado calor en el exterior”, según manifestó el senador estadounidense Josh Hawley.

“Al contrario de la declaración pública de la directora Cheatle sobre la ‘seguridad’ del tejado del American Glass Research Building 6, un informante familiarizado directamente con la planificación del evento por parte del Servicio Secreto de EEUU afirma que se suponía que iba a haber presencia de las fuerzas del orden en el tejado ese día”, dijo Hawley en una carta dirigida al secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, el 22 de julio.

La fuente añadió que al menos un agente de seguridad fue asignado específicamente para estar en la azotea durante el mitin de Trump, pero esta persona abandonó su puesto debido al calor. Hawley añadió que la preocupación por las altas temperaturas hizo que las fuerzas del orden se abstuvieran de patrullar el edificio y, en su lugar, estacionaran personal de seguridad en su interior. Teniendo en cuenta estos graves hechos, el senador solicitó al secretario de Seguridad Nacional, que facilite los registros relacionados con tales acusaciones antes del 26 de julio.

Por otra parte, el lunes 22 de julio se desarrolló una audiencia en el Congreso de los Estados Unidos denominada: “La supervisión del Servicio Secreto de Estados Unidos y el intento de asesinato del presidente Donald J. Trump”, con el objetivo de “dar respuestas al pueblo norteamericano”. Allí, el presidente del Comité de Supervisión y Responsabilidad de la Cámara de Representantes, James Comer, dijo que, dadas las históricas fallas de seguridad que precedieron y durante el mitin de campaña en Butler, Pensilvania, “la directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, debería renunciar para garantizar la rendición de cuentas”.

En este mismo marco, el presidente Comer alentó a los estadounidenses de todas las tendencias políticas a unirse contra el extremismo y la violencia política y que se deben tomar medidas para garantizar no vuelvan a ocurrir atentados contra la vida de los candidatos políticos.

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