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Con fuertes críticas a las recomendaciones sanitarias durante la pandemia de COVID-19, el presidente Javier Milei emuló a Donald Trump al anunciar que Argentina abandonará definitivamente la Organización Mundial de la Salud. Su alineamiento hacia el líder norteamericano no hace más que fortalecerse. El hecho se enmarca en una serie de embestidas contra el multilateralismo, y un llamado a “repensar desde la comunidad internacional”.

“Argentina no va a permitir que un organismo internacional intervenga en nuestra salud”, dijo el vocero presidencial Manuel Adorni al anunciar que “junto al Gobierno de Alberto Fernández nos llevaron al encierro más largo de la historia de la humanidad”, en referencia a las políticas sanitarias implementadas en 2020. El vocero cerró remarcando que la decisión “reafirma nuestro camino para la soberanía en materia de salud”.

Si las palabras del funcionario llamaron la atención de la prensa nacional, pocos minutos fue después el propio Javier Milei quien redobló la apuesta al definir a la OMS como un “organismo tan nefasto y que fue el brazo ejecutor de lo que fue el mayor experimento de control social de la historia”. En sintonía con las declaraciones de su vocero, el presidente calificó a la cuarentena como “uno de los delitos de lesa humanidad más estrafalarios de la historia”.

El impacto del anuncio trasciende la esfera sanitaria. La embestida de Milei contra el multilateralismo tuvo uno de sus más álgidos episodios durante su exposición en la 79 sesión de la Asamblea General de Naciones Unidas, cuando se refirió a la ONU como un “leviatán de múltiples tentáculos”, responsable de la propagación de ideas socialistas.

“Urge repensar desde la comunidad internacional para qué existen organismos supranacionales, financiados por todos, que no cumplen con los objetivos para los que fueron creados. Se dedican a hacer política internacional y pretenden imponerse por encima de los países miembros”, señala el comunicado de la Oficina del Presidente.

De este modo, el mandatario argentino no hace más que profundizar el rumbo adoptado durante su última exposición en el Foro Económico Mundial, el 23 de enero, cuando cargó contra el “virus mental de la ideología woke, que ha colonizado las instituciones más importantes del mundo”, en referencia al propio encuentro en Davos.

“Esta no es una política de reivindicación soberana, sino de seguidismo directo hacia la Casa Blanca”, opinó el analista internacional Gabriel Merino. “Si la premisa del globalismo era liderar instituciones multilaterales, hoy el discurso de Estados Unidos es avanzar en dirección opuesta. Esto refleja la crisis de hegemonía de Washington, que termina buscando alternativas para mantener parte de su peso geopolítico”, explica.

Por su parte, Fabián Puratich, médico clínico que entre 2022 y 2023 se desempeñó como subsecretario de Atención Primaria del Ministerio de Salud en Argentina, advirtió que «el país tiene mucho que perder con esta decisión, cuya justificación no tiene nada que ver con la realidad. La OMS no obliga a ningún país a implementar ninguna política, sino que simplemente emite recomendaciones”, señaló.

El exfuncionario destacó que la Organización Mundial de la Salud ofrece fondos rotatorios para la adquisición de vacunas y tecnología de punta. “La OMS apoya programas materno-infantiles y de salud mental fundamentales para este momento, sobre todo para países como el nuestro. Quedarnos sin estos recursos puede ser muy riesgoso», alertó.

¿Juntos pero aislados?

La salida de la OMS no es la única iniciativa en la cual el Gobierno argentino podría emular a los Estados Unidos de Donald Trump. La Administración Milei analiza, incluso, romper con el Acuerdo de París —que busca mitigar los efectos del cambio climático— confesó el vocero oficial al reconocer que “lo estamos evaluando”.

Según Merino, el mayor costo para Argentina es el aislamiento hacia otros países latinoamericanos y al sur global. “Asumir que estas instancias responden al globalismo es una idea muy simplista, porque gran parte de los países emergentes encuentran en estas instancias vías para la colaboración internacional”.

De acuerdo al analista, la renuncia a la Organización Mundial de la Salud “profundiza el desgaste en la relación con países muy relevantes, que históricamente han respaldado a Argentina en instancias claves como el reclamo frente al Reino Unido por la soberanía sobre las islas Malvinas, por ejemplo”.

“Es interesante que el Gobierno renuncie a la OMS, pero no al Fondo Monetario Internacional. Aquí queda claro que la razón de fondo no es la soberanía, sino una decisión estrictamente ideológica”, remarcó el experto.

Fuente: @sputnik