Las agencias de seguridad nacional de Estados Unidos advierten que la toma de posesión de Donald Trump es “un objetivo potencial” para los extremistas violentos, aunque por el momento no existen amenazas específicas creíbles. Los posibles perpetradores serían aquellos con “quejas relacionadas con las elecciones”, por lo que se ha montado un operativo de seguridad reforzada con 25 mil personas, entre personal policial y militar.
Algunos pueden ver en la ceremonia de toma de mando “su última oportunidad de influir en los resultados de la votación a través de la violencia”. Así entiende un grupo de agencias de inteligencia de Estados Unidos, que ha reforzado la seguridad.
Fuerzas policiales de todo el país acudirán en masa a Washington. El departamento de policía de la ciudad se reforzará con aproximadamente 4.000 agentes, además de los casi 1.000 soldados que apoyan a la Policía del Capitolio.
Las preocupaciones de las agencias de inteligencia reflejan el entorno político y potencialmente violento en el que Trump asumirá el poder. Los funcionarios han estado en alerta máxima durante meses después de dos intentos de asesinato del magnate durante la campaña de 2024 y los recientes ataques este año en Nueva Orleans y Las Vegas.
La evaluación de amenazas, compilada por el FBI, el Servicio Secreto, la Policía del Capitolio y el gobierno de Washington D.C. y del Departamento de Policía de la Corte Suprema, describieron una serie de escenarios de pesadilla y los tipos de personas que podrían hacerlos realidad: terroristas extranjeros, extremistas locales y lobos solitarios podrían lanzar falsos avisos de bombas, llamadas de mano, vuelos de drones o ataques con vehículos.
Fuente y fotos: @ansa.it