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Los daños totales y las pérdidas económicas causadas por los incendios de Los Ángeles ya rondan los 250 mil millones de dólares, y se teme un crecimiento explosivo de las llamas debido a los fuertes vientos, de acuerdo a la estimación metereológica. Además, ya existe una teoría del origen de la catástrofe, atribuida a los fuegos artificiales que se explotaron en la zona para celebrar el nuevo año.

La cifra de los siniestros en Los Ángeles ya supera a la de los mortíferos incendios forestales de Maui de 2023, cuando los daños llegaron hasta los 16.000 millones de dólares. “Este ya es uno de los peores incendios forestales en la historia de California”, dijo Jonathan Porter, meteorólogo jefe de la compañía metereológica AccuWeather, que prevé fuertes vientos y condiciones favorables a la propagación del fuego.

Según un análisis del Washington Post, el incendio que está devastando la zona de Los Ángeles puede haber sido provocado por la reaparición de un incendio anterior ocurrido en Nochevieja, quizás provocado por fuegos artificiales, en la misma zona. El fenómeno, conocido como «reignición», puede ocurrir cuando vientos intensos reavivan incendios subterráneos que habían permanecido latentes.

Teoría sobre el origen de la catástrofe

Según un análisis del Washington Post, el incendio que está devastando la zona de Los Ángeles puede haber sido provocado por la reaparición de un incendio anterior ocurrido en la noche de Año Nuevo. Se cree que fue provocado por fuegos artificiales, en la misma zona. El fenómeno ocurrido sería el conocido como “reignición” o “reencendido”, que sucede cuando los incendios subterráneos que habían permanecido latentes salen a la superficie, provocado por intensos vientos.

Los incendios en el próspero barrio residencial de Pacific Palisades ganaron terreno rápidamente precisamente por los fuertes vientos de Santa Ana, que avivaron las llamas y esparcieron las brasas hasta dos millas de distancia. A pesar de los riesgos conocidos, el Departamento de Bomberos de Los Ángeles no patrulló el lugar del primer incendio en los días siguientes, una práctica que no forma parte de los protocolos estándar.

Días antes, durante las primeras horas del 1 de enero, los bomberos habían respondido con rapidez a un incendio en el área de Pacific Palisades, que inicialmente se extendió por un área de 1,6 hectáreas (tres a cuatro acres) de densa vegetación, algo que los residentes achacaron a los fuegos artificiales.

El fuego se había propagado lentamente gracias a vientos relativamente suaves y debido al uso de helicópteros para liberar agua y a la intervención de equipos en tierra, el incendio fue contenido en unas cuatro horas, y a las 4:46 am el Departamento de Bomberos de Los Ángeles declaró el incendio “bajo control”. Así, se iniciaron operaciones de limpieza para evitar que se reavivara. A pesar de la rápida respuesta, algunos expertos especulan que los restos de este incendio, llamado “Lachman Fire”, pudieron haber causado la tragedia actual, al reavivarse en los días siguientes.

Jacob Bendix, profesor emérito de geografía y medio ambiente en la Universidad de Syracuse, destacó la posibilidad de que los restos humeantes del incendio pueden persistir, especialmente en ausencia de lluvia. Según sus investigaciones, un incendio puede arder bajo la superficie durante hasta 10 días antes de volver a encenderse en condiciones favorables, como vientos fuertes.

El experto en comportamiento del fuego, Michael Gollner, también señaló que los “reencendidos” inducidos por el clima son comunes después de un incendio. Sin embargo, destacó la necesidad de realizar más investigaciones para evaluar la cantidad de combustible residual y otros factores externos que pueden haber contribuido al resurgimiento del incendio.

Mientras tanto, Edison International afirmó que el incendio de Hurst, ahora contenido en un 89%, puede haber sido causado por un fallo en el equipo eléctrico del proveedor de energía Southern California Edison.

Mientras tanto, los bomberos se preparan para el “crecimiento explosivo” de los incendios en medio de alertas meteorológicas de bandera roja y nuevas previsiones de fuertes vientos. El Servicio Meteorológico Nacional de EE.UU. ha emitido advertencias de incendios graves hasta el miércoles, con vientos sostenidos de 50 mph y ráfagas en las montañas de hasta 70 mph. El día más peligroso será el martes 14 de enero, advirtió el analista de comportamiento de incendios Dennis Burns.

Fuente y fotos: @ansa.it

Fotos: @ansa.it