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Foto: @Ansa

Al menos 72 personas han muerto, muchas están desaparecidas y los daños son incalculables debido a las torrenciales inundaciones en las regiones españolas de Valencia y Castilla-La Mancha, un temporal que ahora podría azotar la provincia de Barcelona. La situación fue provocada por Dana, el fenómeno meteorológico que azotó fuertemente a España en las últimas 48 horas, especialmente en el sur y el este del país

El número de muertos, que sigue aumentando, es todavía provisional. El gobierno español ha declarado tres días de luto nacional. El Poder Ejecutivo explicó que actualmente “no puede facilitar datos oficiales sobre personas desaparecidas” debido a las inundaciones en Valencia y otras zonas del este del país ibérico. Esto “demuestra la tremenda magnitud de esta tragedia”, explicó el ministro de Políticas Territoriales, Ángel Víctor Torres, tras una reunión de la Unidad de Crisis, que fue activada para gestionar la emergencia.

Las operaciones de rescate continúan en el sur y el este del país, pero se han visto obstaculizadas por líneas eléctricas caídas que han cortado el suministro eléctrico, así como por redes telefónicas colapsadas y carreteras que siguen intransitables. La Comunidad Valenciana ha activado un número de teléfono para denunciar a familiares de los que no se tienen noticias (900365112).

Von der Leyen: “Europa está dispuesta a ayudar a España”

“Lo que estamos presenciando en España es devastador. Mi pensamiento está con las víctimas, sus familias y los equipos de rescate. La Unión Europea ya ha ofrecido apoyo, Copérnico se ha activado. La Protección Civil europea puede movilizarse”, dijo la presidenta de la Comisión de la UE, Ursula von del Leyen, quien añadió en español: “Europa está para ayudar”. Luego concluyó: “Este es el efecto del cambio climático y debemos estar preparados para enfrentarlo”.

Alerta con 11 horas de retraso: Tormenta sobre el gobernador de Valencia

A la par de la crisis meteorológica, estalla la polémica política en España sobre la gestión de la emergencia por parte del presidente de la Comunidad Valenciana, el popular Carlos Mazón, acusado de haber subestimado la magnitud de la inundación a lo largo del día. En el centro de la controversia están los retrasos de la administración en comunicar a la población qué hacer para salvarse.

La autoridad meteorológica nacional (Aemet) lanzó a las 7 de la mañana, del 29 de octubre, la primera alerta roja. El mensaje ya era muy claro: la previsión hablaba de un riesgo meteorológico extremo con «fenómenos no habituales, de intensidad excepcional y de altísimo riesgo para la población». Sin embargo, tuvieron que pasar 11 horas para que Valencia emita la misma señal, exactamente a las 20.03 horas, cuando toda la zona ya estaba arrasada por la inundación. Recién a esa hora llegó a los móviles de los vecinos la invitación urgente de Protección Civil a no desplazarse por toda la provincia.

La primera reacción del presidente Mazón fue llamar a las redes sociales a tener cuidado en las carreteras. Por eso dijo que confiaba en que la intensidad de las tormentas disminuiría en la tarde. En cambio, la lluvia siguió cayendo muy fuerte, hasta el punto de que a las 11.50, por ejemplo, la Universitat de València envió un mensaje a sus empleados invitándoles a quedarse en casa, como medida de precaución. A las 12 se reciben las primeras noticias de crecidas en Barxeta, en la Ribera Alta, de ríos como el Magro y el Júcar.

A partir de las 16.00 horas, se desató el pánico: las centralitas del 112, el servicio de emergencia, comenzaron a recibir cada vez más solicitudes de ayuda, de personas que se encontraban aisladas en la calle, algunas en casas inundadas, otras en residencias de ancianos. Pero Monzón no sólo está acusado de los retrasos de ayer. Muchos le acusan de su decisión de eliminar la Unidad Valenciana de Emergencias, apenas cuatro meses después de su elección. Esa herramienta de respuesta rápida y socorro en caso de catástrofe hubiera sido muy útil para prevenir pérdidas de vidas que hoy se lamentan.

Fuente y Fotos: @Ansa