El presidente de Francia, Emmanuel Macron, pensó que podía derrotar a los partidos de ultraderecha en su país adelantando elecciones legislativas anticipadas, pero la jugada le salió mal. La derechista Agrupación Nacional de Marine Le Pen tuvo una clara victoria en la primera vuelta de las elecciones parlamentarias francesas con el 33,4% de los votos, el 30 de junio.

La coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular quedó en segundo lugar, con el 27,99%, y la alianza de centro-derecha Ensemble del presidente Emmanuel Macron obtuvo solo el 20,04%. Fue «prácticamente aniquilada». Así se refirió el líder de la fracción parlamentaria del partido derechista francés Agrupación Nacional.

La segunda vuelta, el 7 de julio, enfrentará a tres grandes bloques políticos por escaños en la Asamblea Nacional: la derechista Agrupación Nacional, la alianza centrista del presidente francés Emmanuel Macron y la coalición Nuevo Frente Popular. La Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés) de Marine Le Pen, que tenía 88 escaños en el Parlamento saliente, podría obtener en la segunda vuelta entre 230 y 280 escaños —una mayoría relativa— en la Cámara Baja, de 577 escaños. Además, se prevé que la coalición de Macron pierda más de 160 escaños, pudiendo obtener solo entre 70 y 100 escaños.

Según el sistema pluripartidista francés, para asegurarse la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, un partido o bloque debe obtener más del 50% de los votos, es decir, al menos 289 escaños de un total de 577. Además, la participación electoral debe alcanzar el 50% de los votos y la participación electoral debe alcanzar al menos el 25% en la primera vuelta de las elecciones. Durante esta ronda, cualquier candidato que no consiga el apoyo de al menos el 12,5% de los votantes locales inscritos queda eliminado de la carrera electoral. Los legisladores se eligen por distrito, y en los distritos en los que no gane ningún candidato en la primera vuelta, los dos candidatos más votados pasarán a una segunda vuelta. Además, cualquier candidato que haya obtenido más del 12,5% del número total de votantes inscritos en ese distrito también participará en la segunda vuelta.

¿Qué maniobras políticas se esperan?

Aproximadamente 300 constituyentes podrían entrar en segunda vuelta a tres bandas, y los sondeos sugieren que muchos votantes se inclinen por Agrupación Nacional. Por lo tanto, no es de extrañar que los políticos de centro-derecha y centro-izquierda estén planeando poner en práctica una estrategia de probada eficacia conocida como «frente republicano». Esta táctica consiste en que un candidato de un tercer partido se retire de la carrera y anime a los votantes a unirse en torno al aspirante que quede en segundo lugar.

El primer ministro francés, Gabriel Attal, ya declaró que la coalición centrista de Macron retirará a unos 60 de sus candidatos para permitir que otros contendientes tengan la oportunidad de derrotar al partido Agrupación Nacional. Los candidatos que pasen a la segunda vuelta tienen hasta el 2 de julio por la tarde para decidir si renuncian. El que obtenga más votos en la segunda vuelta ganará el escaño en la circunscripción.

Si un partido político o un bloque distinto de la alianza centrista de Macron obtiene la mayoría, el presidente se verá obligado a nombrar a un primer ministro de esa nueva mayoría. Este escenario daría lugar a un acuerdo de reparto de poder conocido como cohabitación. Se prevé que este tipo de acuerdo persista durante el resto del mandato de Emmanuel Macron, hasta 2027. En cohabitación, el Gobierno francés podría aplicar políticas divergentes de la postura del presidente. Por cierto, no es en absoluto un hecho que Jordan Bardella —el político francés que preside la Agrupación Nacional desde 2022— se convierta en primer ministro, aunque el mismo insistió en que no sería así a menos que Agrupación Nacional se asegure la mayoría absoluta: “No quiero ser el ayudante del presidente”, dijo.

En la historia de Francia, la última cohabitación de este tipo se produjo bajo Jacques Chirac (1997-2002), con las cuestiones de política interior en manos del primer ministro socialista Lionel Jospin, mientras que el presidente conservador francés se ocupaba de los asuntos de política exterior y de defensa. Independientemente del resultado de las elecciones, Macron prometió que no dimitiría como presidente.

Fuente: Sputnik